Domingo, 6:55 de la tarde. Hace aproximadamente media hora que me dí cuenta que los tres gordos estaban muy calladitos jugando arriba en el cuarto de juegos. Mi mujercita santa está haciendo un volunturiado en la iglesisa cuidadndo a otros niños y yo me quedé con los mios.
Como les iba diciendo, demasiado silencio. Eso nunca, nunca es una buena señal, especialmente cuando son tres. Por lo general uno por lo menos está hechando su desmadre.
Subo las escaleras cautelosamente para cacharlos en el acto y...madres! Los tres bañados en tinta azul. Hasta se pintaron las uñas de los pies los muy infelices. Obviamente el grande se encargó de decorar a los dos chicos y permítanme decirles que Da Vinci es un idiota a lado de Sebastián. A Nicolás le pinto bigotes de tigre, una figura extraña en la oreja izquiera ( que después me confesó era un arete de pirata.) y de paso le hizo un pedicure y le pinto las uñas de los pies en un tonito azul cielo de lo más divino.
Ni soy macho, y por lo general no preocupan las inocencias de un niño de 4 años, pero si tuve que tener una platica muy en serio con Sebastián acerca del fútbol americano, los coches dragsters, las moto cross, el box, la lucha libre y la guerra, cualquier tema relacionado con la hormona masculina...digo, no vaya a ser el diablo.
Yo no se de dónde fregados sacaron el plumón azul con tinta imborrable pero a partir de las 6:45 de la tarde ha desparecido permanentemente de la faz de la tierra.
Imediatamente metí a los tres a la tina y obviamente en menos de 30 segundos los tres parecían que estaban nadando en el Caribe de lo azul que estaba el agua. Ahí me tienen, vaciando la tina otra vez y llenándola de nuevo. Obviamente para los tres ésto era bastante gracioso. Para mí, obviamente no. Después de una zacateada estilo quinto patio, la tinta no más no se borraba. No me quedó otra más que acudir al acetona de mi mujer.
Son las 7 y 10 de la noche ahorita y mis tres hijos parecen profugos del circo Ataide, ni la acetona sirvió para borrar el plumón.
Que bueno que no le encontré la marca al desgraciado plumón, evidentemente es marca libre, porque si no ahorita estaría mentándole la madre al pobre infeliz que se le hubiera ocurrido contestar el teléfono en la fábrica de plumones X.
Moraleja: Cuando tienes tres niños hombres y no escuchas ruido por un largo tiempo...aguado que es El Azul.
Sunday, October 15, 2006
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