Friday, January 05, 2007

Masajesy Manicures

Ayer mi mujer me hablo por teléfono a la oficina para pedirme permiso para ver si se podía tomar "la tarde" para hacerse un manicure y darse un masaje.

La mamás como la mamá de mis hijos no tienen, repito, no tienen que jamás pedir permiso para poder hacer sus cosas.

No se la de ustedes, pero mi mujer se levanta todos los días a las seis y media de la mañana a darle su lechita a mis tres pollos ya sea sábado, domingo o día festivo. No nada más eso, pero se encarga de que mi casa esté limpia, que mi ropa esté planchada que mis hijos no sean unos insufribles monstruos que las cuentas se paguen a tiempo, que vayamos a misa todos los domingos y que relativamente hablando llevemos una vida normal.

La verdad, son pocas las veces cuándo le doy las gracias por hacer todo lo que hace por nosotros.

Mi mujer no tiene que pedir permisos para darse un masaje debes en cuando. Mi mujer no tiene que consultarme para ver si se puede escapar veinte minutos para darse un manicure.

Lo mínimo que puedo hacer es quedarme con los míos y dejarla hacer sus cosas de mujer. Sin permisos, sin avisos sin malas caras y con una sonrisa en la boca.

Muchas veces nos la pasamos en nuestras oficinas llevando nuestra monóntonas, poco interesantes y por lo general aburridas vidas laborales sin pensar dos segundos en lo que nuestras mujeres hacen por nosotros. Asumimos que las cosas que suceden como la ropa planchada y la comida servida y los cacahuates en la despensa suceden por arte de magia. Ah, pero éso si, nos quejamos de fulanito en la oficina, del estress que nos mata y demás.

Y ellas, por lo general pacientemente y con una sonrisa en la boca nos escuchan y nos alientan. Pero pocas veces se quejan.

Masajes, manicures, shopping, amigas, misa, biblia...lo que sea. Sin permisos y cuando quiera. Al final, mi vida no sería mi vida sin ésa hormiguita callada y trabajadora que se encarga de que mi vida en mi casa sea de lo más cómoda y placentera posible.

Imagínense su vida sin ellas. Imagínense a sus hijos sin ellas. Imagínense su casa sin ellas. ¿Not a pretty picture is it?