Sábado 4 de Noviembre, 10:30 AM.
"No vaya a hacer frío" dice mi mujer, "mejor ve a Carter's y cómprales unos pants de "fleece" para que no se me enfríen y se los pones encima de sus pillamitas...si llegan enfermos del camping los vas a cuidar tu..." Y con ésas palabras empezó mi aventura de fin de semana en los grandes exteriores. Cabe mencionar que la experiencia más cercana que éste, su querido narrador, ha tenido de "camping" fué en Pipiol, por ahí de 1983, en una cabaña llamada España si más no recuerdo, y lo único que tenía que hacer yo era poner un sleeping bag en una litera. Todo lo demás estaba "taken care of..." como dicen los gabachos.
Mi aventura este fin de semana no fué tan sencilla. Mis problemas empezaron cuándo desempaque la tienda de campaña que mi querido cuñado me presto y me dí cunta que la tienda había sido manufacturada alrededor de 1983, el mismo año que yo muy quitado de la pena empezaba mis conocimientos ambientales en Pipiol. Mire alrededor y me dí cuenta que todos mis cuates estaban aramando sus tiendas de volada, unas madres modernas con partes de fibra de carbono y jalada y media...la tienda de mi cuñis contaba con unos tubos de acero inóxidable y unas instrucciones fotocopiadas de otra tienda que evidentemente no era la que yo poseía en ésos momentos. ¿Cuál tienda? Solo Dios sabe, pero la que yo tenía en mis manos no tenía nada que ver con las fotocopias de instrucciones anexadas. Pero hombre, gracias por el detalle, las tiendas de mis cuates no traen instrucciones, por ejemplo. La mía si.
"Ni que fuera tan tan büey...ahorita veo como me las agencio y armo ésta madre" Riiiight. Después de una hora y media entre 4 amigos y yo levantamos algo más o menos parecido a la tienda de campaña que usaba el oso Yogi en las caricaturas de antaño...un triángulito de lona con un palito en medio. "No pasa nada, mientras no te llueva la tienda aguanta." Dice mi cuate VC. (Pronóstico del tiempo para el 4 de Noviembre: 45% de posibilidades de lluvias durante la noche.) Miro mi lona con su palito en medio, veo a mis hijos ayudando a hacer la fogata y no puedo destrozarles su fin de semana tan esperado, la opción de regresar se elimina por el minimo común múltiple. Total, las posibilidades de que no llueva están a mi favor. (La fé y la esperanza, terribles enemigas de la lógica y la ciencia.) Toda la bola de niños, hijos de mis amigos y los míos se sientan alrededor de la fogata, los papás les preparamos hot dogs y la noche nos cae.
Creo que eran más o menos 17 criaturas a cargo de 8 papás. La mayoría de ellos poseídos por el demonio, las criaturas, no los papás. He visto menos desmadre en huelgas de la CROC y en guerras televisadas. El centro del campamento era la fogata y los niños, incluyendo mis criaturas parecían miembros de una Tribu Pagana adorando al dios Fuego. Quemaron lo que se les dió la gana, vasos desechables, platos de plástico, bolsas de basura...hasta malvaviscos. "Hay que cerrar las camionetas, no vaya a ser que a uno se le ocurra quemar una llanta de refacción como buen Mexicano" dice JB. Y yo me imagino la portada del Bastrop Sunday News: "Rebeldes Mexicanos incendian 40 hectáreas de parque federal." No estaría mal mandar a hacer unos t-shirts que lean: "Mexico, recoge a tu gente." Muy ad hoc para la situación con la tribu pagana en frente de mis ojos en ésos momentos.
Pero como todas las buenas cosas, el rito pagano eventualmente termino y cada individuo miembro de la tribu pagana fueron perdiendo energía y eventualmente se rindieron a los brazos de morfeo. Alrededor de la una de la mañana, decidí irme a dormir también. Mi triangulito de lona con su palito en medio, hasta ahorita, seguía en pie y protegía a mis dos demonios de tazmania, dormidos desde hace una hora. Buena sañal.
Corte a una hora después. Los ronquidos de mi vecino AG llegan a decibeles solamente antes alcanzados por famosos enucos del siglo XVIII y les aseguro que AG jamás ha perdido a ninguno de sus mellizos...ganas no me faltan de invadir su tienda de campaña y removerle por lo menos uno. Afortunadamente justo cuando contemplaba deshuevar a mi querido vecino la lluvia empezo a caer y como eco de ultratumba las palabras de VC volvieron a revolar en mi memoria: " La tienda aguanta mientras no nos llueva..." Y entonces su servidor hace lo que siempre se hace en éste tipo de situación: Bajar a toda la corte celestial de una sola rezada y pedirle al Santísimo que desvíe la lluvia a otro lado. Por fortuna algunos miembros de la corte celestial aparentemente tenían su sábado libre y decidieron escuchar mis plegarias. Para ésto con los ronquidos y la lluvia ya eran como las 3 de la mañana. A las 4:30 empezó a llover otra vez, a las 4:31 la corte celestial fué requerida en mis aposentos una vez más y una vez más decidieron alivianarme, a las 5 dejó de llover. A las 5:30 Nicolás se levanto, a las 5:45 Sebastián, a las 5:50 los estaba llevando a hacer del "uno" a unos cuantos metros del campamento. Mi triangulito de lona con su palito en medio aguanto la noche, con todo y lluvias. Mis hijos afortunadamente no se enfermaron y tuvieron a lo mejor el mejor fin de semana de su vida. ¿Y yo? Yo bien, gracias por preguntar, pero antes de despedirme unas palabritas si me permiten:
A mis cuates: Gracias por un excelente fin de semana. Necesitaba olvidar el "stress" del día a día y el fin de semana con ustedes fué perfecto.
A mi cuñado: En buena onda, gracias por la tienda. Sin ella, mi fin de semana no hubiera sido tan interesante y no hubiera tenido tantas conversaciones con "el jefe del segundo piso."
A las mamás de la Tribu: Gracias por tenernos la confianza de dejar en nuestras manos
a sus más preciados tesoros. Yo, la neta, me la pensaría dos veces.
Y a la mamá de mi tribu: Te extrañamos mucho, nos hiciste mucha falta y la próxima no te vas a escapar tan fácil.
Sunday, November 05, 2006
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